En 2018, dejó su profesión de trabajador social para dedicarse por completo a su vocación de artista. Entonces se centró en procesos «alternativos», abandonando rápidamente el disparo instantáneo y acumulativo por un enfoque más lento y exigente de la fotografía. La atención sostenida que requieren los diversos procesos analógicos que explora le permite centrar su mirada, tratando de revelar la esencia misma de sus temas.
Para Fakele, la fotografía y el carácter lúdico de sus experimentos fotográficos son pretextos para el encuentro, la transmisión y la creación de vínculos sociales.
Paralelamente a sus proyectos artísticos, Fakele recorre desde 2019 las calles y eventos culturales de Francia proponiendo la realización de retratos artesanales a partir de su instalación conocida como «la chambre itinérante». De este modo, recupera la tradición de la fotografía en directo y perpetúa la profesión de fotógrafo itinerante.
Se ha dedicado una edición de tres volúmenes a su trabajo de varios años en la zona de Montreuil («Fakele, artisan photographe ambulant», publicado por Cargo lab).