El fotógrafo filipino Jovel Lorenzo comenzó su carrera como fotógrafo de revistas en 2001 con una Nikon FM2 y una cámara de formato medio. Cuando la fotografía pasó a ser digital, perdió el interés por el oficio y empezó a hacer fotos sólo como un trabajo y menos como una pasión.
Cuando llegó la pandemia, Jovel redescubrió la fotografía cuando vio en Internet la cámara de caja de la calle. Durante meses, investigó cómo construir su propio equipo. Debido al bloqueo, le resultó difícil encontrar materiales, lo que le obligó a hacerlo todo por su cuenta: Medir y serrar la madera, cincelar y construir el mecanismo de la leva. Tuvo todo el tiempo para construir su caja con enfoque.
A Jovel le pareció emocionante la cámara de caja callejera porque es una cámara y un cuarto oscuro que puede producir una impresión en minutos. Se enamoró no sólo de su proceso intemporal, sino también de los resultados que le son propios: imágenes conmovedoras que son difíciles de producir con cámaras digitales u otras cámaras analógicas.
Su primer gran proyecto con la cámara de caja de calle es una serie de 14 retratos llamada «Serie de la cuarentena en la isla», que captó la vida en la isla durante la pandemia. Jovel también realizó su serie «Art Series», que capturaba escenas filipinas características. Lo hizo con su segunda cámara de caja que producía imágenes de 11×11.
Jovel planea hacer de esto su legado, ya que es el único filipino de hoy que utiliza una cámara de caja de calle. Espera que más jóvenes filipinos descubran este arte único y que crezca una comunidad que utilice este instrumento único. ¡Mabuhay!
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